Director/a: Celeste Castiglione
Codirector/a: Ximena Maceri
Integrantes:
Sabemos que la diversidad – cultural, étnica, lingüística, socio-económica – siempre ha estado presente en nuestras aulas. Sin embargo, su reconocimiento es relativamente reciente. Y mucho más reciente es la idea de que esa diversidad puede ser una fuente de enriquecimiento más que un obstáculo. Históricamente, el migrante europeo no anglosajón y los migrantes latinoamericanos, fueron considerados inferiores y la integración de sus lenguas a la currícula escolar no era imperante, por lo que las culturas de los migrantes tendían a ocultarse e invisibilizarse por creerse vergonzosas en los nuevos espacios que habitaban. Tradicionalmente, las lenguas extrajeras enseñadas en las aulas escolar han sido el inglés, el francés y el alemán. Y su enseñanza ha estado desde siempre relacionada con la idea de que los saberes sobre estos idiomas permiten una notoria mejoría muchas veces más asociada a idiosincrasias particulares de las elites gobernantes, a ideales de ascendencia social y a la posibilidad de progreso económico, que a valores con un significado cultural verdaderamente profundo.
Asimismo, un creciente “racismo cultural”, se ha evidenciado en los medios de comunicación, posicionado en múltiples aspectos de la vida cotidiana, que refuerza una mirada europeizante, negando la condición pluricultural latinoamericana o adjudicándole aspectos negativos que impiden el desarrollo y obstaculizarían la dinámica del “progreso”. En este sentido, creemos que es fundamental trabajar sobre el territorio paceño aquellas miradas que, desde la educación, nos permitan acciones tendientes a fomentar la aceptación de la diversidad como recurso sumamente valioso para el crecimiento. Nos interesa considerar los beneficios de la lengua extranjera desde su posibilidad para: a) contribuir al desarrollo del trabajo intelectual y del niño/joven en formación; b) ayudar a reflexionar sobre los códigos de la propia lengua y cultura; c) abrir el espíritu a otras culturas y a la alteridad, en vista de lograr la aceptación del otro desde una visión más amplia del mundo en su diversidad. De esta forma, apuntamos a indagar sobre el tratamiento, imagen y valorización de todas las lenguas en juego, no sólo las que el currículum educativo propone como necesarias.
